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Experiencia de acoso (1)

Este es un caso que le pasó a Claudia.

 

Estaba muy pequeña, tal vez tendría unos 7 u 8 años de edad, y un día su mamá la mandó a llevar unos zapatos a la remontadora, eran clientes de siempre y allí se llevaban usualmente los zapatos para reparación.

 

Un día, en una de las tantas idas y venidas, el hombre que atendía la zapatería, y que además estaba solo, le dijo a Claudia, que quería conocer de qué color llevaba sus prendas íntimas.

 

La niña se sorprendió mucho al oír este tipo de pedido, ella, muy niña e ingenua, miraba al hombre con mucho miedo e inquietud.

Él le dijo que se hiciera detrás de la puerta, para que nadie pudiera ver cuando ella le mostrara su ropa.

 

Le advirtió que no le fuera a contar a nadie y mucho menos fuera a gritar. 

Claudia, que en ese momento sintió un miedo terrible, y tal vez por la mirada intimidante del hombre (también un poco asustado), reaccionó como pudo de un momento a otro, y

bruscamente corrió hacia la puerta y quedó a la vista de la gente a la entrada de la zapatería.

El hombre le insistía que cuando volviera, no le cobraba el arreglo de los zapatos, si hacía lo que le estaba pidiendo.

 

Claudia quedó un poco traumatizada y nunca le contó a su mamá ni a nadie lo sucedido.

 

Lo guardó muy en el fondo de su corazón y jamás quiso volver a ese sitio sin la compañía de su hermano mayor o alguna amiga, y si de pronto tenía que llevar otros zapatos a arreglar, lo hacía en otro lugar, sin que su madre lo supiera.


Había otros sitios y ella prefería caminar un poco más a ir sola a
 

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