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IGLESIA Y FAMILIAS SANAS !

Por:  Ma. Mercedes de Martínez (Licenciada)

y

Carlos H. Martínez R. (Psicólogo) 

El celibato es un bien

Baars y Terruwe concluyeron que el celibato constituye un bien positivo para el sacerdote así como para la Iglesia:

Para la madurez del sacerdote, porque mejora su apertura a otros y a Dios, y por lo tanto mejora su alegría espiritual, la cual participará plenamente a otros con su sentimiento de gozo; para la Iglesia, porque el celibato promueve la habilidad de servicio del sacerdote tanto en profundidad como en tiempo dedicado al pueblo de Dios.

Mientras el amor de Dios no haya sido llevado a los corazones de todas las personas, la Iglesia no puede ceder en sus esfuerzos de realizar esta misión por medio de sus sacerdotes célibes, llamados en primer lugar a cumplir esta sublime misión (y en su correspondiente contexto, los padres, educadores y formadores vocacionales).

Así como es importante el celibato en el sacerdocio, de la misma manera es importante la castidad en el matrimonio, en el noviazgo y en la vida de solteros.

Y así como es importante la formación vocacional y la afirmación psicológica de los sacerdotes y personas consagradas, de la misma manera es importante la formación recibida en casa y la afirmación ofrecida por los padres y adultos significantes.

Podemos concluir esta reflexión recordando que el Dr. Conrad Baars y la Dra. Anna Terruwe fueron cercanos a la persona de San Juan Pablo II, pues en el año 1970 tuvieron oportunidad de conversar durante dos horas con el entonces Cardenal Karol Wojtyla acerca de la investigación y las conclusiones que obtuvieron a partir de sus observaciones clínicas.

Como vemos, el aporte científico de estos eminentes psiquiatras católicos continúa dando fruto dentro y fuera de la Iglesia. No es muy conocida su obra y los beneficios que de ella se derivan podrían extenderse más, especialmente en esta época marcada por signos contradictorios de progreso y retroceso.

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