top of page

LAICOS Y GRUPOS CATÓLICOS (15)

Por:  Ma. Mercedes Beltrán (Licenciada)

y

Carlos H. Martínez R. (Psicólogo) 

A QUIÉNES CORRESPONDE FORMAR 

porque no todas las personas tienen la misma posibilidad de aportar recursos dentro del grupo.

c) Puesto que las obras de caridad y de misericordia ofrecen un testimonio magnífico de vida cristiana, la formación apostólica debe conducir también a practicarlas, para que los fieles aprendan desde niños a compadecerse de los hermanos y a ayudarlos generosamente cuando lo necesiten." (Numeral 32)

La fe se cultiva y se vive en la práctica de la vida diaria. En un grupo no se puede tener doble vida: amistad, servicio, apostolado y oración en el grupo y división, pecado, egoísmo fuera de él.

El conocido pasaje de Apocalipsis 3:16 aplica perfectamente para los participantes ambivalentes de un grupo: "Puesto que eres tibio y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca".

Una cosa es vivir una situación compleja en el matrimonio, la familia o el trabajo, incluso con una carga grande de sufrimiento, asumiendo una actitud de fe y oración acompañada de esfuerzos personales para contribuir a la transformación constructiva de ese entorno, y otra muy distinta es alimentar la tensión y los problemas de esos ambientes con las actitudes personales, como la negligencia, la soberbia, la violencia, la crueldad, la indiferencia, la dureza de corazón.

Hemos oido con frecuencia que las obras de misericordia comienzan por casa. Pues bien, se necesita un verdadero espíritu de renuncia, humildad y paciencia para evitar que las tensiones de un ambiente, incluyendo en ciertos momentos las tensiones del grupo al que se pertenece, arrasen con las buenas intenciones y los propósitos de enmienda de personas involucradas en dificultades específicas y que tienen deseos de cambio.

Frecuentemente se necesita tiempo (en ocasiones años) de humilde y constante práctica de la caridad cristiana en el hogar para que se observen cambios sustanciales en la relación matrimonial o familiar.

La fuerza de los hábitos inadecuados en el hogar se extiende frecuentemente a la interacción en los grupos y terminan contaminándose ambos ambientes.

No se debe permitir que estos hábitos inadecuados determinen el estilo de relación en el hogar y en el grupo. Evitarlo es un trabajo personal, de pareja, de familia y de grupo que puede realizarse de manera simultánea y complementaria.

bottom of page