Esto no significa aceptar todo lo que se observa o asumir actitudes pasivas que en ciertos casos podrían convertirse en posiciones contrarias o incompatibles con la fe católica.

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Más bien significa vivir la caridad sin renunciar a la verdad.

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"b) En cuanto a la instauración cristiana del orden temporal, instrúyanse los laicos acerca del verdadero sentido y valor de los bienes materiales, tanto en sí mismos como en cuanto se refiere a todos los fines de la persona humana; ejercítense en el uso conveniente de los bienes y en la organización de las instituciones, atendiendo siempre al bien común, según los principios de la doctrina moral y social de la Iglesia.

 

Aprendan los laicos, sobre todo, los principios y conclusiones de la doctrinal social, de forma que sean capaces de ayudar, por su parte, en el progreso de la doctrina y de aplicarla rectamente en cada caso particular."