Sopa de huevos revueltos
Una pareja de recién casados ha tenido su primera discusión: él le dice a su esposa que quiere unos huevos revueltos; ella se queda pensando un poco cómo se preparan. Al rato su esposo va al comedor a desayunar y oh!, sorpresa!, encuentra que no hay huevos revueltos, sino una especie de sopa de huevos.
Él la mira un poco extrañado y le pregunta: “Amor, ¿en tu casa alguna vez comiste huevos revueltos?”, ella le contesta que sí, aunque jamás entró a la cocina, y como era su madre quien preparaba la comida, siempre creyó que los huevos revueltos se preparan con agua.
Él, un poco alterado, le expresa su desconcierto y le reclama no saber preparar unos simples huevos revueltos. De ahí se desprendieron otras preguntas, de las cuales él intuyó la respuesta: “No sé cómo se hace”.
Por su parte, él empezó a preguntarse: “Yo sabía que ella no sabe mucho de cocina, pero no imaginé que su ignorancia era total. ¿Por qué no conocí mejor a la mujer con la que me casé?”
Como ejecutiva, la esposa es una mujer totalmente exitosa, mientras que en el hogar no sabe, no le gusta y no quiere saber absolutamente nada de labores caseras. Prefiere contratar una empleada que se encargue de esas funciones.
La esposa tiene muy claro el sentido de su vida: la plena realización profesional y espera que su matrimonio complemente adecuadamente ese propósito. Ella confía en que su esposo entenderá, aceptará y le ayudará a realizar con éxito esa ilusión.
-. ¿Qué opinas de las labores caseras y la forma de asumirlas?
-. ¿Qué opinas de la meta fijada por la esposa?
-. ¿Qué relación existe entre el matrimonio y la realización personal/profesional?
-. ¿Qué consejos les darías a estos esposos?
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