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Esposo acaramelado (1)

Alfonso y Bertha llevan más de 20 años de casados. Ella es una mujer trabajadora, emprendedora y muy pendiente de su hogar. En lo concerniente al cuidado del esposo y las tres hijas, prefirió no delegar funciones en la empleada. Decidió encargarse personalmente de todos los aspectos relacionados con ellos y siempre los atendió hasta en los mínimos detalles.

 

Ama a su esposo desde lo más profundo de su corazón y ve a sus hijas como un don de Dios. Sin embargo, desde hace un tiempo ha notado que las manifestaciones de afecto de su marido han disminuido y percibe que él ya casi no la desea. A veces llega tarde los martes y viernes, sin mencionar nada acerca de esas salidas. Ella no le pide explicaciones, esperando que sea él quien cuente el motivo de sus llegadas tarde.

 

Al cabo de un tiempo, la esposa iba un día en su carro y de pronto vio a su amado Alfonso muy acaramelado con otra mujer. Ella quedó como en shock, sin embargo dejó que se le enfriara la cabeza y pensó que era muy pronto para juzgar a su marido.

Decidió seguirlo durante varios días, al tiempo que continuaba atendiéndolo como siempre y sin mencionar nada acerca de sus sospechas. 

Le servía el desayuno normalmente, pero al salir para el trabajo, ella se dio cuenta que, en lugar de dirigirse a la oficina, cambiaba de rumbo y llegaba a un conjunto residencial en donde salía a recibirlo la misma mujer con quien lo había visto anteriormente.

 

A pesar de su angustia, la esposa pensó que podía tratarse de una compañera de trabajo a quien simplemente iba a recoger. Pasaron varios días y la misma escena se repitió invariablemente.

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