Ella se acercó inmediatamente a la barra e increpó a Christian por su comportamiento. Él se sorprendió y en voz baja le dijo que tenía una inclinación homosexual y se había enamorado del último cliente que acudió a su oficina.

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Paola quedó confundida y finalmente pudo entender la razón por la cual Christian nunca mostró atracción ni deseo sexual hacia ella.

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Christian le aseguró que él iba a poner de su parte para satisfacerla y darle el hijo que ella tanto deseaba, y que podía tener una vida sexual compatible con ambas tendencias.

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Paola se enfureció y le exigió que saliera de la casa y de la vida de ella. 

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Christian finalmente se separó de su esposa y se fue a vivir con el hombre que llenaba sus expectativas.