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A propósito de purificar

En una parroquia vecina es frecuente observar a una persona que ofrece varitas de incienso de diferentes aromas para "eliminar las malas energías, los malos olores, los males de espíritu y de cuerpo".

Esta persona explica que son varitas importadas directamente de la India, de los templos hinduístas y que han sido fabricadas por brahmanes o sacerdotes indios.

Asegura que la calidad de las varitas es excepcional porque se consumen completamente, sin dejar partículas ni olores residuales desagradables.

Ofrece también esencias en pequeños pebeteros para ambientar espacios, desodorizarlos y purificarlos.

Exhibe unas espigas de trigo que "se pueden mandar a bendecir" y atraen la prosperidad económica, resolviendo situaciones de deudas y herencias en disputa.

Incluye una "novena personalizada"  que se debe hacer completa y debe acompañarse de una obra de caridad con una persona necesitada.

Aunque fija un precio para cada producto, finaliza sus anuncios

diciendo "si no tienen en este momento para pagar el valor de los productos, pueden aportar lo que su corazón les inspire y llevar los artículos que deseen".

Unas personas entran a la iglesa y no se fijan en estos artículos ni en la persona que los ofrece. Otras personas se acercan y preguntan detalles de los productos.

Hay quienes consideran que solo compran las varitas para usarlas como ambientadores exclusivamente, mientras que hay personas que compran los artículos y piensan que si es para intenciones nobles está bien invertido el dinero.

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