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IGLESIA Y FAMILIAS SANAS !

Por:  Ma. Mercedes de Martínez (Licenciada)

y

Carlos H. Martínez R. (Psicólogo) 

Afirmación vs consentimiento

Por supuesto, esto no significa de ninguna manera aceptar el mal que una persona pueda llegar a manifestar en sus actos y decisiones.

 

Para ello el proceso de afirmación contempla la pedagogía de la transparencia, la aceptación de la persona y la identificación de lo que debe ser transformado.

Podría pensarse, por ejemplo,  que en un hogar los padres estarían llevando un proceso adecuado de afirmación al asumir actitudes altamente permisivas basadas en el afecto que sienten y expresan a sus hijos, con el fin de estimular su "libre desarrollo de la personalidad". 

La Dra. Suzanne M. Baars, M.A. (Grado en Humanidades/Ciencias Sociales/Artes), L.P.C. (Consejera Profesional Licenciada), L.M.F.T. (Terapeuta Licenciada en Matrimonio y Familia), L.C.D.C. (Consejera Licenciada en Dependencia de sustancias Químicas), hija del Dr. Conrad Baars, aclara que nunca es excesiva la auténtica afirmación que proporcionamos a los hijos, mientras que otra cosa bien diferente es que sí podemos "hecharlos a perder" o ser demasiado indulgentes con ellos si les proporcionamos demasiadas cosas materiales, o si permitimos que los hijos se vuelvan manipuladores.

Los padres están llamados a conocer y darse cuenta de sus propios rasgos emocionales y los de sus hijos, con el fin de discernir la forma adecuada de desarrollar una auténtica afirmación diaria, conforme al crecimiento de los hijos. 

 

En otros contextos, vemos que hay amistades que también "hechan a perder" porque no son el "otro significante" con las características adecuadas para dar auténtica afirmación.

 

Quizás viven su propia inmadurez emocional y no pueden servir como personas significantes para sus amistades u otras personas. 

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