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IGLESIA Y FAMILIAS SANAS !

Por:  Ma. Mercedes de Martínez (Licenciada)

y

Carlos H. Martínez R. (Psicólogo) 

Afirmación resuelta y no resuelta (1)

Baars y Terruwe encontraron que en el proceso de tratamiento de laicos y sacerdotes no afirmados, muchos de ellos respondieron a la terapia adquiriendo gradualmente una madurez emocional, un sentimiento de dignidad y valor personal, y comenzaron a ser más seguros de sí mismos en sus relaciones interpersonales.

 

Sus problemas desaparecieron gradualmente de forma espontánea, sin mayor proceso analítico. En el caso de los sacerdotes tratados, su fe y sus sentimientos religiosos también se beneficiaron de una creciente madurez emocional y en el curso de pocos años se convirtieron en sacerdotes felices capaces de dar gozo y felicidad a aquellos confiados a su cuidado pastoral. 

Observaron en otros casos, que, en personas no afirmadas, la búsqueda de afirmación podía manifestarse probablemente en un deseo intenso y prácticamente irresistible de contacto corporal, que es la expresión por excelencia de la afirmación significante que la persona necesita para su vida emocional no desarrollada.

Al llegar el momento de escoger una pareja, la persona se ve obligada por tanto a cometer un serio error tanto en sus conceptos como en sus sentimientos, y llegará a un matrimonio careciendo de la capacidad emocional de determinar una relación mutuamente significativa y satisfactoria.

El aspecto corporal sensitivo se convierte en una necesidad afectiva imperiosa y ocupa el lugar central de su motivación, impidiéndole desarrollar procesos de afirmación suficientes en la relación matrimonial.

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