
IGLESIA Y FAMILIAS SANAS !
Por: Ma. Mercedes de Martínez (Licenciada)
y
Carlos H. Martínez R. (Psicólogo)
Afirmación resuelta y no resuelta (3)
los errores contenidos en otras creencias, en nuevas escuelas de pensamiento, en movimientos populares o en sistemas modernos de educación.
En lugar de ser una fuente de apoyo y agrado para las personas a quienes decidió servir, Baars
y Terruwe afirmaban que el sacerdote no afirmado estaba a merced (para bien o para mal) de todos aquellos con quienes entraba en contacto.
En contraste con lo anterior, encontraron que los sacerdotes que eran felices en su trabajo poseían un aprecio innato de los bienes materiales bajo la dirección diligente del intelecto y la voluntad, e igualmente, una apreciación emocional de los bienes espirituales.
Consideraban que esa capacidad necesaria para renunciar a ciertos bienes materiales sin volverse infelices, parecía no haber sido suficientemente considerada en la selección de candidatos al sacerdocio en esa época.
Estaban seguros que en sacerdotes tan bien dispuestos, la necesidad de bienes concretos daría paso a un gusto creciente por los bienes espirituales, con una expansión mayor de la mente y el espíritu y una felicidad siempre en crecimiento.

Creían que existía en ese momento una necesidad muy especial en la iglesia de contar con obispos emocionalmente maduros quienes en su amor auto regulado pudieran afirmar al gran número de sacerdotes y creyentes que dependían de ellos, especialmente todos los que eran no afirmados.
En términos de Baars y Terruwe, un obispo debe estar familiarizado con las necesidades especiales de las personas y darse cuenta que, por ejemplo, una persona no afirmada cuando se frustra en su búsqueda de afirmación, intentará, buscará afirmarse a sí misma a través de la adquisición de bienes materiales, explotación sexual, poder, fama