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LAICOS Y GRUPOS CATÓLICOS (7)

Por:  Ma. Mercedes Beltrán (Licenciada)

y

Carlos H. Martínez R. (Psicólogo) 

ORDEN  Y FORMACIÓN 

Es una forma actual de confirmar que estamos en el mundo pero no somos del mundo. La formación debe permitir una flexibilidad para comprender situaciones sin dejarse arrastrar o influir por ellas. 

Y el texto sugiere también que el laico sea una persona dinámica, actual, en lo que puede y debe actualizar, expresando entusiasmo, alegría, empuje y liderazgo.

Los talentos individuales se desarrollan en función de la comunidad y al mismo tiempo se recibe el influjo de los aportes de los miembros del grupo.

 

Surgen afinidades y se crea un ambiente acogedor y receptivo en los grupos. Esto facilita la inserción en el mundo sin dejarse llevar por las tendencias, modas, presiones, sugestiones externas que son frecuentemente contrarias a la fe.

Los grupos permiten compartir experiencias y afinar la sensibilidad con el ambiente, actualizando y encontrando formas de interactuar que resultan atractivas para quienes no conocen o se han distanciado de la fe y de la Iglesia.

Una forma clara de cumplir la misión de Cristo y de la Iglesia es a través de la realización de una intensa vida sacramental, por la cual el laico permanece en contacto con Dios y con la Iglesia, siendo receptivo y dócil a la inspiración del Espíritu Santo.

 

Una vida sacramental auténtica despeja el camino de la comunicación del Espíritu Santo y ayuda a discernir circunstancias, hechos, personas y alternativas de acción en la vida diaria. 

Se requiere una decisión firme, unida a una perseverancia sincera, para crear los hábitos relacionados con una auténtica y fructífera  vida sacramental.

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